jueves, 10 de junio de 2010

La escogida, o sea, yo

Eso de que lo escojan a uno tiene sus pros y sus contras.

Muchos andan por la vida con el trauma de ser el último en la fila antes de jugar bola, ese que no escogen, ese al que no reciben con alegría porque (como yo) no es muy habilidoso que digamos en las lides deportivas.

Si a alguien se le ocurre escogernos para dar un discurso, sudan las manos, empiezan los calambres mentales y todo eso que preparamos durante semanas se borra ante nuestros acongojados ojos y ante los no menos acongojados espectadores.

Cuando te escogen para algo, lo que sea, siempre habrá quien se alegre y corra a felicitarte... claro, mientras otros tantos se quedan en la esquina cuchicheando que no te lo merecías, así sea que te escogieran para sacar la basura.

Si esa persona te escoge como pareja y vos lo escogés... puña! como que la vida se pone más bonita y soleada.

En ese momento, cuando una de tus mejores amigas, esa que conocés desde la escuela se va a casar, y un martes cualquiera decide llamarte y te dice: "¿querés ser testigo de mi boda?"... y te escoge a vos para dar fe de que ama a su pareja y quiere unirse a él... no podés más que evadir el trauma de que tus amigas se casen, ignorar que te sudan las manos, correr a felicitarla y alegrarte de que la vida se ponga más bonita y más soleada!

Gracias chama por escogerme para algo tan importante! :)


PD. Foto de @rocasaca www.enfoquesyperspectivas.com