miércoles, 8 de junio de 2011

Mi mamá es una chancletuda

Tengo una confesión que hacer: he convertido a mi mamá en una máquina de las 3R.

Hace un tiempo me alegró mucho la noticia de que en mi cantón la municipalidad se había puesto las pilas con el tema del manejo de los desechos. El primer paso fue hacer un centro de acopio y armar una ruta para que un camión pasara, una vez por semana, exclusivamente a recoger desechos separados para llevarlos a reciclar. Idealmente, los vecinos teníamos que sacar los desechos en cajas o en bolsas transparentes.

Un éxito!

Y empezamos con el primer problema de logística hogareña. Y es el hecho de que yo casi nunca estoy en la casa. Y rara vez cocino.

La mayor parte de los desechos en mi casa, y creo que en la de casi todas y todos, vienen de la cocina. Que si la lechita, que si las botellas, que si el envase de tal cosa, que si la bolsa de no se qué.

Bueno pues, la estrategia estaba clara: tenía que conquistar a mi mamá.

Al principio cositas fáciles: - diay por qué no compramos un solo paquete más grande de esto, en lugar de tres chiquitillos? y si llevamos una bolsita de tela al super igual que cuando vamos a la feria? Y así, como quién no quiere la cosa.

Después otras más pesaditas: - bueno si uno agarra la cajita de leche y la enjuaga, y la estripa, quita como menos campo no? apartémosla y la sacamos ahora que la muni las recoge, está bonito verdad?

Así al tilin tin tin y al tilin tin tan cuando menos me lo esperaba ya mi casa contaba con espacio designado para los desechos separados en el patio y mi tata estaba lavando las latas de atún y estripando las de leche. 'Ate vos!

Y yo de lo más orgullosa del training!

Para poner la cereza en el pastel (o lo que es lo mismo, la Lizano en el tamal), un día de estos me cuenta mi mamá:

- Vieras que aquel compañero mío del trabajo, el que dice facebú y con el que vacilamos mucho, llega un día de estos y me dice: ayyyy mujer vieras que hotel más lindo al que fuí!

Dice que de inmediato desenfundó celular de última generación con buena pantalla y le hizo un despliegue de las fotos de todos los ángulos del tal hotel. - Vieras la piscina, y la comida, y los cuartos... una sabrosura de paseo!

-Ajá (dice mi mamá)... ese hotel no es aquel que se echó todo un manglar para hacer la playita?

Inserte cara del compañero de: - y?

- Y que mi hija me contó eso y yo entonces (en esta parte me la imagino inflando el pecho y agarrando porte) a ese hotel... NO VOY!

:')

Y aquí es donde uno siente que este largo proceso de crianza valió la pena... mi mamá es toda una chancletuda!