No, jamás. Porque estando soltera estaría expuesta a tener tiempo para mí misma, a tener que enfrentar mis proyectos personales. Estando soltera tendría los fines de semana libres y nada más para hacer que quedarme en casa revisando viejos recuerdos familiares en busca de los momentos que fueron más felices. Lo peor de estar soltera sería tener que decidir yo sola cómo arreglarme. Y salir de vacaciones sin compañía no es una opción.
No me atrevo a parecerme a Jennifer Aniston (algo debe tener que la dejó Brad Pitt), ni a Sandra Bullock y menos a Condoleezza Rice (las mujeres exitosas traen incorporado el repelente para hombres). Conocer gente nueva no es un lujo: es lo más aterrador que me podría pasar en la vida.
No me atrevo. Yo quiero pensar igual que la persona que redactó la nota de Giros del programa del 31 de agosto. Quiero pensar que lo normal es sentirme limitada en una relación de pareja. Que está bien que yo no pueda elegir qué ropa usar o como arreglarme para salir a la calle (además, me escandalicé con la Marcha de las Putas); me tengo que adaptar a lo que a él le gusta. Al igual que lo que se puede inferir de la nota, estoy resignada a que como mujer en pareja no tendré nunca vacaciones sola ni fines de semana en los que pueda dedicar un rato para mí. Y, por supuesto, incorporar personas nuevas a mi vida no es deseable, ni bueno para una mujer en una relación.
¿Se dan cuenta? ¿Se dan cuenta de la cantidad de mensajes negativos que se pueden condensar en una sola nota de menos de dos minutos? La nota hablaba de la soltería y sus ventajas (tener tiempo para sus proyectos, poder arreglarse como quiera y otras por el estilo); nuestro raciocinio que tiende a funcionar en términos maniqueístas es perfectamente capaz de hacer el resto.
Como comunicadora me aterra pensar, siempre me ha generado una gran zozobra, en la inmensa responsabilidad que mis colegas y yo tenemos a la hora de redactar un mensaje y darle el visto bueno para que circule en un medio de comunicación. Esos mensajes pueden ayudar a construir cosas nuevas, nuevos paradigmas más solidarios, nuevas visiones de mundo más inclusivas y tolerantes, menos machistas y misóginas. O pueden simplemente reafirmar las estructuras más antiguas del pensamiento castrante y sexista en el que la mujer en pareja se somete, se anula y desaparece.
Es posible que quien redactó esa nota no la releyera ni la repensara, probablemente tampoco tuvo una intención profundamente manipuladora ni su objetivo fue hacer una declaración política, ni afirmar nada, ni influir. Fue sólo una nota más.
Invito a la persona que preparó esta nota a ver a su alrededor. Vea. Escuche. Hay muchas historias de parejas que se aman, que no se anulan ni se limitan. Historias de mujeres que se visten como quieren, pero más importante, que piensan y sienten como quieren (y que comparten su vida con parejas que no sólo aceptan esto, sino que no esperarían menos de ellas). Historias de vida, reales. Hay muchas para que se nutra. Para que deje volar su creatividad escrita y nos sorprenda con notas más relevantes.
Yo definitivamente me atrevo a estar soltera, me atrevo a estar casada y me atrevo a estar en unión libre. Pero a lo que no me atrevo es a permitir que alguno de estos estados cambie mi esencia, mis libertades individuales o mi visión de mundo. Tampoco me atrevo a ser una comunicadora irresponsable con la información. Y no esperaría menos de mis colegas.